La consola de Microsoft, sin embargo, no parece gozar aún de una especial demanda, dado que llega con solo 10 juegos autorizados y compite con sus rivales del mercado informal.
El gigante informático Microsoft empezó a vender en
China sus consolas de videojuegos Xbox One, tras 14 años de prohibición de este
producto en el país, donde son las primeras que entran
legalmente este siglo, aunque deben competir contra su propio mercado en la
sombra.
Esto es lo que explica la gris acogida que parece haber
recibido este lunes a esta nueva generación de la consola emblemática de
Microsoft, al menos, en las tiendas de electrónica y ordenadores del barrio
shanghainés de Xujiahui, famoso por ellas, según pudo comprobar Efe, durante
las primeras horas de la Xbox One en el país asiático.
La nueva consola, que empezó a venderse internacionalmente
en noviembre pasado, está disponible en más de 4.000 puntos de venta de 37
ciudades de China, según Microsoft, pero no parece gozar aún de una especial demanda,
dado que llega con solo 10 juegos autorizados y compite con sus rivales del
mercado informal.
Videoconsolas como las PlayStation 3 y 4 de Sony y la
propia Xbox 360, de la generación anterior (de 2005) de Microsoft, se pueden
encontrar fácilmente en diferentes mercados especializados de grandes ciudades
chinas como Shanghái, junto con numerosos títulos para ellas, importados de
forma informal (no
están autorizados, pero se venden a la vista de todos y sin acción aparente de
las autoridades) y sin pasar por la censura.
De hecho Sony, al igual que Microsoft hace ahora un año,
creó en mayo pasado una empresa mixta para producir consolas en la Zona Piloto
de Libre Comercio de Shanghái (ZPLC), que es lo que permite su introducción
excepcional en China desde 2013, pero ambas firmas deberán competir al
principio contra sus propios modelos "ilegales".
"La Xbox One se vende peor que otras consolas, tal vez de 20
compradores, uno se lleva esta, porque viene todavía con muy pocos juegos,
sobre todo comparado con las de Sony, de las que hay más juegos disponibles"
(aunque todos entran irregularmente en el país, por ahora), dijo a Efe un
tendero especializado que no quiso dar su nombre.
"Hasta ahora muy pocas personas han comprado la Xbox One... a
algunas tiendas todavía no nos ha llegado", comentó Li
Fuxiang, otra dependienta del popular complejo comercial especializado
Meiluocheng, "pero también es que (las Xbox) son menos populares que otras
consolas", coincidió.
Al escaso número de juegos disponible por el momento
(aunque en otras tiendas de Shanghái se ofrecen hoy mismo títulos originales
para la Xbox One, que no están entre los 10 primeros aprobados, por ahora, por
el Ministerio de Cultura), Li sumó el problema de las regiones de uso de la
Xbox 360 y de la Xbox One (esta ya legal).
"Si uno se compra la versión de EE.UU. solo puede jugar a los
juegos (introducidos irregularmente, por ahora) de EE.UU., y si uno compra la
versión china (Xbox One), solo puede usar los juegos chinos",
dijo, mientras que con los modelos de Sony (aún ilegales) "da igual que tu juego sea de
Japón, de Europa o de EE.UU.".
Eso sí, señaló la gran ventaja que
aporta el desembarco de la Xbox One es el controlador "Kinect", que
puede reconocer, sin contacto físico, gestos y órdenes de voz del usuario, y
con el que se puede incluso hacer ejercicio y bailar siguiendo a la máquina,
por lo que "es muy adecuado para jugar en familia", destacó Li.
En el único expositor de la marca Microsoft de todo
Meiluocheng, su responsable, Zhu Yuantai, aseguró a Efe, sin embargo, que
incluso en la mañana de un lunes laboral como hoy, en apenas las tres primeras
horas, pasó a preguntar por la Xbox One más de un centenar de personas.
"Ya hemos vendido algunas, hay muchos clientes que la habían
reservado y que habían pagado un depósito hace ya meses",
explicó, por lo que espera que las ventas se confirmen en las próximas horas y
días, aunque aparte de eso, decenas de aficionados se acercaron solo a
comprobar "cómo es" la experiencia de usar un Kinect.
El precio de venta oficial en China es de 4.299 yuanes con
"Kinect" (unos 550 euros, o 700 dólares), y de 3.699 yuanes sin este
dispositivo (unos 475 euros, o 600 dólares), aunque en casi todos los puntos de
venta consultados por Efe se podía conseguir fácilmente un precio ligeramente
menor.
En junio de 2000 siete ministerios chinos, encabezados por
el de Cultura, prohibieron conjuntamente la
fabricación y venta de consolas de videojuegos en el país, debido a su
preocupación por la posible influencia que pudieran tener sobre los jóveneschinos,
aunque el mercado pirata siguió funcionando siempre en la sombra.
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